PIKAIA

Retornando Reviviendo Recordando Nunca conforme Insatisfecha Perdida en el espacio En una ciudad donde todos permanecen activos las 24 horas del día Siento un vértigo incoherente que solo tiene razonamientos contradictorios... en este instante, detengo la respiración de mi cabeza Llega la magia de arriesgarlo todo La derrota de temer y devolverse Amaré las verdades punzantes Cuando no sean cuchillos afilados Cuando el camino alimente la locura Cuando no tener respuestas duela menos Cuando mis ojos se cierren para no ver Cuando la luz se vuelva oscuridad Cuando mis labios se sellen en la eternidad Todo puede suceder en esa atmósfera Todo parece colocarme fuera del tiempo y del espacio

Como una cápsula hermética se han conservado los recuerdos Lo inerte se resiste a morir Lo mótil permanece intacto Imperturbable por las horas Lo intrínseco revive como si el destino se empeñara en revolver el pasado y extrapolarlo al futuro Ahora aquí, en este instante, no hay más que un presente trastocado por lo inmediato, construido por los recuerdos y pensado por un absoluto

Me senté en tu cama, Revolví mis entrañas Desperté del abismo Al ver tus ojos grises llenos de dolor aunados a una especie de melancolía inexplicable y palabras cortadas y selladas por la resignación mis ojos se humedecieron, mis poros brotaron cual flor en primavera y unas ansias infinitas de brindar un algo, quizás una sensación de autocalma por el reflejo de la compasión que inherentemente retroalimenta mi ego por el hecho de poder brindar bienestar ajeno me invadió, no pude contener la desesperación, mi alma gritaba y la tuya despertaba sus oídos, Sentí tu dolor por los desprecios recibidos, tus culpas llegaron a mí Cada una de tus historias fue una expresión milesimal de un absoluto vacío Cada palabra llenaba mis oídos y no quería desprenderme de las historias seguras, de los amores inconclusos de lo que ya se fue de lo que quizás nunca ocurrió de la incoherencia de la liberación de tu dolor de la desinhibición y solicitud de amor desesperada de quien te escuche de quien esté de t