desempolvando (marzo 2006)

...más hoy y ahora despierto; del ensueño, del paisaje, de lo ficticio y lo irreal, de los maravillosos momentos finitos que se volvieron instantáneos, sentía que soñaba y tocaba las puertas del cielo; quería abrazar al mundo y rendirme ante su grandeza, cada panorama me maravillaba más que el anterior. Estaba en mi paraíso. Pero esto no basto para que los eternos karmas de mi mente que aplacan mi felicidad, así como mi sumisión y mi constante desequilibrio arrebataran todas mis emociones. Estuve muerta por un momento, sin pensamientos que me hicieran desvariar, porque aunque juraba que mi placidez era impenetrable la situación se tornaba ambigua y ya no reía más, deje que un minuto aplastara una semana, que mi pasado se entrometiera en mi presente y futuro, y eché a la mar aquellos instantes de felicidad que días antes me conmocionaban; de nuevo tocaba el fondo de mi alma y lo sacudía con la misma intensidad, pero de dolor, de heridas que nunca cerré y nuevamente eran abiertas, ya no quiero regresar a ese capítulo y siento que se aleja de mi alcance concluir esta historia. Ahora que despierto, las imágenes de mi mente permanecen intactas como una película del nuevo cine aun sin proyectar pero esperándome en la primera fila.